En un mundo en el que cada vez se vive más deprisa, la climatización cobra mayor relevancia: necesitamos un lugar que nos ofrezca protección y relajación, un hogar en el que nos sintamos a gusto.
No hay prácticamente nada tan importante para nuestro bienestar como una climatización óptima. Aunque no siempre seas consciente de ello, tiene una gran influencia en tu vida y en la de tu familia: en el ambiente de tu casa, en tu salud, y en tu estado de ánimo.
Pasamos hasta el 90 % de nuestra vida en espacios cerrados. El calor, la calidad del aire y la humedad del aire contribuyen de manera importante a nuestro bienestar.
Somos más productivos si disponemos de suficiente aire fresco. Estamos más relajados si en invierno sentimos un calor agradable y en verano estamos frescos.
¿Y quién no ha tenido problemas con el aire seco y de mala calidad en el salón o la oficina? Unas tecnologías de calefacción y aire acondicionado perfectamente coordinadas pueden hacer que te sientas a gusto en tu casa durante todo el año.
Cuando se está planificando un nuevo hogar o renovando el antiguo, en principio solo se piensa en el tipo de calefacción más adecuado: ¿Aún necesito recursos energéticos fósiles? ¿Gas o gasóleo? ¿Puedo integrar una instalación solar en mi sistema? ¿Qué tal funcionan las bombas de calor?
Realmente la calefacción y el agua caliente son decisivas para nuestro bienestar. Lo que no suele tenerse en cuenta en la planificación es la calidad del aire, que puede contribuir de manera esencial a conseguir una mejor climatización.
A continuación te damos un par de sugerencias sobre cuándo resulta conveniente realizar una inversión.
Si te importan la salud, la condición física y el bienestar, deberías pensar seriamente en la ventilación.
La ventilación presenta muchas ventajas:
También los olores son importantes al decidirse por una ventilación. ¿Te gusta cocinar? ¿Quizás en una cocina abierta? ¿Tienes animales en casa? ¿O simplemente te gusta divertirte organizando grandes fiestas e invitando a tus amigos a casa?
En cualquier caso, una ventilación interior controlada puede contribuir notablemente a mejorar tu calidad de vida evacuando los olores de forma rápida y eficiente hacia el exterior y dirigiendo aire fresco y limpio hacia las habitaciones.
En una nueva construcción bien aislada, las paredes y las ventanas no dejan que el calor salga. Pero por otra parte, tampoco entra aire fresco.
Esto quiere decir que debes ventilar abriendo las ventanas entre cinco y diez veces al día. Esto no solo cuesta tiempo sino también energía, porque al abrir las ventanas se pierde una gran cantidad de calor muy valioso.
Una buena ventilación te ahorra todo ese trabajo y calienta el aire fresco del exterior mediante la recuperación de calor, de forma que incluso puedes ahorrar en costes de calefacción. Y el aire viciado pasa a formar parte del pasado durante todo el año.
La calidad del aire y la temperatura son elementos clave en una climatización personalizada para tu vivienda. Hemos elaborado para tí una visión general sobre lo que la mayoría de las personas considera agradable para su vivienda. Con la tecnología doméstica adecuada puede regular el ambiente de forma personalizada según te convenga.
Cuando se trata de una obra nueva, en un principio no necesitas pensar en los estándares mínimos como el aislamiento y la eficiencia energética, ya que estos suelen estar regulados por ley, como por ejemplo por el Código Técnico de la Edificación (CTE) en España. Así te queda un cierto margen de acción en el aislamiento del edificio y la tecnología doméstica, pero generalmente, en una nueva construcción, se suele decidir que haya un buen aislamiento térmico.
Cuanto mejor sea ese aislamiento, más debes ocuparte de la ventilación interior, ya que, en una casa Passivhaus o de bajo consumo energético, prácticamente no sale calor pero tampoco entra aire fresco.
Por ello resulta útil reflexionar sobre la ventilación interior centralizada antes de la construcción. Así se pueden ocultar los conductos y los cables de la ventilación centralizada para que no queden a la vista. La ventaja es que estéticamente no afecta al aspecto de tu inmueble y puedes disponer de una mejor protección acústica.
Una ventilación de interior centralizada te ofrece, junto con un control inteligente y sensores que miden, entre otros, el contenido de CO2, una climatización "a la carta".
Al reformar un edificio antiguo, la situación es a menudo algo más compleja que en una nueva construcción. Los edificios antiguos suelen permitir la entrada de aire fresco, pero a cambio su calefacción es menos eficiente. En este caso puedes intervenir en dos factores para mejorar su climatización. En el aislamiento se suele renunciar a una protección térmica integral.
A diferencia de lo que ocurre con una nueva construcción, en un edificio antiguo la tecnología doméstica es un aspecto clave.
Decídete por la nueva tecnología de condensación (con recuperación de calor) y la energía de las fuentes ambientales renovables, como las instalaciones solares y las bombas de calor.
En estos casos a menudo se pasa por alto el ahorro en electricidad. Sin embargo, con las nuevas bombas energéticamente eficientes para calefacción y agua caliente, también puedes ahorrar una cantidad de electricidad considerable y aún así tendrás suficiente calor para sentirte bien en un edificio antiguo.
Un edificio antiguo reformado ofrece la máxima calidad de vida si la calidad del aire en las habitaciones es la correcta. Estos se pueden equipar posteriormente también con una ventilación de interior descentralizada, lo que significa que puede haber ventilación en cada habitación instalando conductos de ventilación para cada una mediante perforaciones en la estructura o pasamuros. Este tipo de ventilación resulta útil especialmente cuando se cambian las ventanas, a fin de evitar moho y humedad.
Ponte en contacto con un profesional y déjate aconsejar sobre la mejor climatización para tu caso.