Las calefacciones a gasóleo modernas son económicas, eficientes y respetuosas con el medio ambiente. Gracias a las innovaciones en lo referente al ahorro de recursos , se encuentran al más alto nivel de la tecnología.
El elemento central de la calefacción a gasóleo es la caldera.
Las antiguas calderas a gasóleo no están al nivel actual de la tecnología. Por ese motivo se pierde una valiosa energía.
Con una calefacción a gasóleo nueva y moderna se puede incrementar enormemente la eficiencia del sistema de calefacción, aumentar el confort mediante los sistemas de regulación y reducir los costes de calefacción.
Se puede conocer la cantidad de energía térmica que se utiliza para la obtención de energía, entre otras cosas, por las temperaturas de los gases de combustión.
Mientras que los equipos de baja temperatura más antiguos producen gases de combustión a 140-200 °C, la caldera de condensación expulsa aire caliente a solo 50 grados.
Gracias a la recuperación de calor en las calderas de condensación, el aprovechamiento energético en los equipos de condensación es mucho mejor que en las calderas tradicionales.
En estas, el calor se escapa por la chimenea sin ser aprovechado. El cambio de una caldera de calefacción tradicional a una calefacción con innovadora tecnología de condensación constituye una inversión rentable a largo plazo.
Con la energía térmica solar, el sol contribuye a la producción de agua caliente o sirve de apoyo a la calefacción. Para ello, aparte de tu calefacción de gasóleo necesitas una instalación solar. Esta se compone de los captadores solares sobre el tejado y un acumulador.
¿Y cuando no luce el sol? Entonces entra en funcionamiento automáticamente tu calefacción a gasóleo.
Una instalación solar puede aportar hasta el 60 % de la energía para la producción de agua caliente y hasta el 20 % de la energía para cubrir las necesidades de calefacción, de forma casi gratuita y absolutamente respetuosa con el medio ambiente. Así no solo sonríe el sol.
Si ya posee una calefacción a gasóleo, entonces la opción más favorable es la sustitución de la caldera. En el caso ideal, combinada con la tecnología de condensación.
Sin embargo, en el caso del cambio de gasóleo a gas tendrás que encargarte de que el depósito de gasóleo sea retirado convenientemente y, si tu vivienda no dispone de conexión a la red de gas, habría que sumar los pertinentes costes. De esa forma, el potencial de ahorro debido al combustible queda rápidamente anulado.
Si tienes prevista una construcción nueva y estás contemplando la calefacción a gasóleo, piensa en el depósito de gasóleo.
Si no dispones de suficiente superficie para colocar el depósito, la modalidad subterránea constituye una buena solución. No obstante, la adquisición de los depósitos subterráneos resulta más costosa y necesita un permiso.
Algunos de estos aspectos son:
Déjate asesorar por un técnico. Juntos encontraréis rápidamente el sistema de calefacción más adecuado para tí, sin ningún tipo de compromiso.